Según el diccionario pulir o pulimentar se refiere a alisar una superficie para que quede suave y brillante. Si nos centramos en el pulido de suelos deberíamos de añadir que también se busca eliminar todos los posibles desperfectos propios de la colocación del suelo o del desgaste por el paso del tiempo, como son los resaltes, agujeros, manchas, juntas abiertas o grietas.
Este proceso se realiza mediante una máquina de pulimento y con unas piedras o muelas especiales. Estas piedras están fabricadas con diamante, carborundo (material de gran dureza utilizado como abrasivo) y cemento. Se clasifican según la proporción que contienen de este material, lo que se deberá de tener muy en cuenta según el tipo de superficie a pulimentar (para evitar crear arañazos en la superficie).
De esta forma se realiza un proceso de pulido de entre 3 y 5 pasadas, empezando por piedras más bastas, hasta terminar con un proceso de afinado y abrillantado.
Cuantas más pasadas se den se obtendrá un brillo más natural y duradero. Es importante tener en cuenta que el tipo de suelo limita la cantidad de brillo que se puede conseguir. Por ejemplo, dependerá de si es mármol, terrazo o granito, y de la variedad de cada uno de ellos.
Si el suelo no presenta arañazos, manchas, rayas u otros daños, se puedo optar por hacer un leve pulido de rebaje para tapar el poro de la superficie y dar brillo. También puede darse únicamente una pasadacde pulido para tapar el poro y resaltar el brillo, pero el brillo obtenido será de una intensidad inferior y durará menos tiempo.
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