El pulido de hormigón es una de las técnicas con mayor auge en los últimos años, principalmente debido a sus múltiples ventajas. Mediante el proceso de pulido se obtiene una superficie muy brillante y resistente, y sobre todo de fácil mantenimiento. Se utiliza ampliamente en parkings y locales, pero cada vez se extiende más a otro tipo de entornos públicos, sobre todo para zonas en las que se vean sometidos a un mayor desgaste, como locales comerciales, espacios públicos, naves industriales, etc.
Después del proceso del pulido, estas superficies llegan a tener un brillo natural similar al del terrazo. Además, con este tratamiento se eliminan todas las posibles manchas, grietas, resaltes, etc.
El hormigón pulido puede presentar diversos acabados con colores, creando incluso formas geométricas y dibujos sobre el suelo como logotipos, etc. Es importante destacar que estas superficies no generan polvo, sino que por el contrario, el brillo obtenido transmite sensación de limpieza y amplitud.
El coste de mantenimiento es muy bajo, muy inferior al de otro tipo de superficies. Esto sumando a que debido a su gran resistencia tienen una larga vida útil, lo convierten en una opción muy interesante.
